Habitar tu piel con conciencia

 


El órgano más grande de nuestro cuerpo, el manto que contiene nuestro organismo y una vía de comunicación con el entorno: nuestra piel nos cuenta muchas cosas ya la vez transmite mensajes acerca de nosotros.

Tacto, calor, presión, dolor, vibración: la piel nos cuenta sobre cómo es el mundo. Nos permite sentirlo, representarlo, movernos de una forma cuidada y coherente con el ambiente. La sensibilidad de la piel es una vía de entrada al estado de conciencia del presente. Nos da la oportunidad de situarnos en el aquí y ahora al despertar su sensibilidad.

La piel también nos protege, regula nuestra temperatura, nos permite liberar toxinas y sintetizar y absorber sustancias beneficiosas. Es un medio para nutrirnos y entregar aquello que no precisamos.

La piel es la capa a través de la cual nos presentamos al mundo. Muestra cómo estamos adentro y es un libro de nuestra historia, nuestras heridas y marcas, nuestros recuerdos y vivencias. Recubre nuestros gestos, nuestras posturas, nuestros movimientos, la piel es el manto visible de la forma en la que habitamos el mundo.

¿Cómo cuidamos este órgano de nuestro cuerpo?
¿Cuánta atención le prestamos?
¿Cómo promover el buen funcionamiento de las distintas funciones de la piel?

Hoy te queremos compartir una propuesta para habitar tu piel a conciencia:

👉🏼 Te grabamos que te tomes un momento y que respira profundamente 3 veces. Registrá la temperatura del aire que estás respirando, cómo es ese aire que inhalás y que exhalás. Qué temperatura tiene, cuánto húmedo es. Sentí qué partes de tu cuerpo están en contacto con el aire y cuáles están cubiertas por ropa.

👉🏼 Tomá otras 3 respiraciones profundas y apoyá tus manos en el centro de tu pecho, una sobre la otra. Sentí la temperatura que tienen tus manos, qué zona del pecho tocan, hasta dónde llega el contacto de tus dedos. Sentí la vibración de tu corazón en tus palmas y el movimiento que genera tu respiración. 

👉🏼 Registrá si alguna parte de tu cuerpo está fuera de tu mapa corporal o siente alguna molestia. Si no hay malestar en ninguna zona, simplemente elegí un lugar a donde quisieras llevar más registro en este momento. Llevá tus manos a esa zona. Sentí ese contacto, la temperatura de tus manos en comparación con ese lugar, la forma que tiene, si se llega a mover con la respiración. Podés hacer micromovimientos con tus manos para aumentar el registro de ese contacto y luego detener el movimiento.

👉🏼 Tomá 3 nuevas respiraciones con la intención de llevar oxígeno a esa zona elegida.


Nutrir nuestra piel y darle todo lo que precisa nos permite habitar nuestra relación con el entorno de una mejor manera : restablece la sensibilidad, la eliminación de toxinas, la absorción de nutrientes, le devuelve frescura a nuestro semblante y suaviza los efectos del tiempo en nuestros gestos.
La piel expresa nuestro estado interior. Nutrirla es hidratarnos y alimentarnos correctamente, restaurar el buen funcionamiento del sistema linfático y circulatorio, movilizar los músculos y liberar las tensiones que la mantienen rígida y desvitalizada.

Y vos, ¿Cómo vas a empezar a conectarte con tu piel?


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